La nueva pecera.

El abuelo está muy contento de tener una pecera en casa. Hace muchos años tuvo una pequeña, pero que va… no tenía tal variedad de peces, ni cambiaba la luz con tanta gracia. El se acuerda que de vez en cuando había que echarle un vaso de agua, por lo de la evaporación y eso… Bueno, allá va…
(Chvvlknv!”!!) (Chasquido de cortocircuito)
- ¡Abuelo! ¿Qué fue eso?
- Nada, que parece que al echarle agua a tu pecera se fundió la lucesita.
- Abuelo… ¡Yo no tengo pece…. Oh, no, el monitoooooor!